La Esquina del Cine
Por Cuauhtémoc Ruelas
“Porfirio y Susana” un cortometraje de Rubén Guevara
Se estrenará este Sábado 27, junto con la otra realización de 5 y 10 Producciones: “Un Tigre”.
5 y 10 Producciones es desde hace cuatro años uno de los colectivos más estables y fructíferos de nuestra ciudad dedicados a la producción cinematográfica, cuya prioridad ha sido la de contribuir al establecimiento de un cine local de calidad, que sea resultado de un proceso constante de profesionalización y formación.
Como resultado de esta agrupación (en la que se encuentran tanto estudiantes, profesionistas y académicos) tenemos ya siete cortometrajes como lo son: 20 pesos, Pedro y Megatrón, Primavera 13, Invasión China, Hijo de Sangre, Espasmos y Ciudad sin Horizontes, con los que han demostrado tanto su trabajo en equipo (como colectivo a todos les ha tocado hacer de todo un poco), como su calidad técnica, y el interés por afrontar distintos géneros cinematográficos, pues éstos han ido desde comedia, suspenso, drama y hasta terror.
Ahora después de estar un buen rato en “stand by” en cuanto a producción de cine se refiere, estrenarán este próximo 27 de noviembre a las 19:00 horas en El Vestíbulo de El Cubo en el Centro Cultural Tijuana sus más recientes cortometrajes de nombre “Porfirio y Susana” y “Un Tigre”, los cuales fueron realizados en el marco del programa comunitario REACTIVO 510, llevado a cabo por el colectivo con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y del Instituto Municipal de Arte y Cultura durante 2009.
Porfirio y Susana, es dirigido y escrito por Rubén Guevara, y cuenta la historia de una pareja de ancianos que se ven obligados a enfrentarse a su soledad y a su inminente mortalidad. Fue rodado en locaciones de la ciudad de Ensenada.
Por su parte Un Tigre, es escrito y dirigido por Alberto Gutiérrez, el cual es un retrato de la vida austera e inerte de un pistolero atrapado en la rutina.
En Bitácora tuvimos la oportunidad de conversar con el realizador de “Porfirio y Susana” Rubén Guevara, mejor conocido como “El Rudo”, quien contrario a lo que representa su apodo, amablemente nos platicó su experiencia con éste su primer proyecto como director dentro del colectivo.
Cuéntanos Rubén ¿Cómo surge la idea de “Porfirio y Susana”?
Siempre se me ha hecho interesante la vejez, constantemente platico con desconocidos y desconocidas en la calle y con quien más disfruto hacerlo es con los y las mayores; hay algo en la manera en que viven la vida que me cautiva, tienen más tiempo en el mundo que muchos de nosotros y nosotras. “Porfirio y Susana” fue inspirado en mi abuelo y abuela paternos, es acerca del tiempo y la soledad, de las relaciones de pareja eternas y la sociedad que mantiene a los y las de la tercera edad en el olvido, estorban, no se espera nada de ellos, sólo su muerte.
¿Cuál es tu principal objetivo con este cortometraje?
Como realizador, considero “Porfirio y Susana” como mi primer cortometraje; había realizado otros ejercicios, pero sentía que no eran las historias que me gustaría contar; en ese sentido, con “Porfirio y Susana” tuve la oportunidad de explorar mi propia cinematografía, desde que escribí el guión hasta la manera de producirla, fue un buen ejercicio en la búsqueda de un estilo personal.
¿Por que decidiste que “Porfirio y Susana” no cuente con diálogos?
Se basa en una idea que tengo acerca de la vida conyugal en la etapa adulta, en donde, después de haber vivido toda una vida juntos, ya no hace falta comunicarse por la palabra, se tiene conciencia del otro. Durante mi adolescencia, viví muy cerca de mis abuelos y abuelas, esa experiencia influyó mucho en ese concepto. En el caso de “Porfirio y Susana”, él y ella se tienen a sí mismos, lo que importa es compartir lo que les queda de vida, por lo que las palabras salen sobrando.
Los dos protagonistas de este cortometraje no son actores profesionales, sin embargo son parte esencial de la historia pues te logran transmitir genuina emotividad con su sola presencia, ¿Cómo se dio el acercamiento con ellos para que formaran parte de este proyecto?
Una de mis grandes influencias ha sido el cine Iraní, precisamente por el trabajo que se ha realizado con “no actores”. Me parece importante que la persona que va a representar un personaje esté en contacto con la realidad que se busca retratar, más en el cine social o de minorías, la experiencia personal es esencial. Este tema se presta para discusiones, sobre todo con los actores, pero a mí me funciona así.
Desde que estaba escribiendo el guión, tenía muy claro que el nombre de los personajes eran los nombres de mi abuelo y abuela, pero jamás pensé que él y ella terminarían siendo los mismos personajes. Lo que sí tenía muy claro era que con “Porfirio y Susana” no quería trabajar con actores. Hicimos una búsqueda de los personajes reales, una pareja mayor que por sus condiciones físicas y socio-económicas, fueran lo más idéntico posible a los de la historia. Encontramos a los indicados, pues incluso al compararlos con mi abuelo y abuela encontrábamos similitudes físicas, así que nos decidimos por ellos, para que todo quedara en familia.
Algo que llamó poderosamente mi atención sobre “Porfirio y Susana” es la fotografía, la cual bordea frecuentemente en lo documental, pero acompañado de sutiles malabares técnicos que en conjunto logran mostrar imágenes sobresalientes, ¿Cuáles son tus motivaciones para desarrollar de esa manera el aspecto visual?
Originalmente mi intención era convertirme en cinefotógrafo, después me empezó a llamar la atención el guionismo hasta que finalmente me decidí por la dirección... con “Porfirio y Susana” hice las tres. La experiencia que he tenido con 5 y 10 Producciones ha sido parte fundamental de mi formación, la posibilidad de participar en cada proyecto y experimentar con las diversas areas de la cinematografía han hecho que tenga un mayor panorama acerca de las “formas”, además del aprendizaje que se obtiene al consumir cinematografía muy diversa.
Para “Porfirio y Susana”, así como mis proyectos en general, es muy importante generar y capturar el ambiente adecuado, es por eso que el elemento fotografía toma tanta importancia, las imágenes que vemos (y escuchamos) tienen que atraparnos inmediatamente, tenemos que encontrar el ritmo interno de cada secuencia para que el mensaje sea contundente, utilizar o no cámara en mano en una escena, son decisiones que afectan el producto final.
Me considero documentalista antes que ficcionista, aunque realmente no me gusta diferenciarlas, no están peleadas, ambas tratan de contar historias, utilizan el mismo lenguaje.
Aparte de la presentación en El Vestíbulo del Cubo ¿Qué planes tienes en cuanto a difusión para este cortometraje?
El plan es que cumpla con un circuito de festivales. Desde luego los primeros en los que pensamos son los festivales de Morelia y Guadalajara, a los cuales ya hemos asistido, pero me encantaría presentarlo en otros paises para que vean el trabajo que estamos desarrollando en esta esquina de América Latina.
En lo personal y con tu experiencia en este medio, ¿Cuál es tu opinión acerca del momento que vive la producción de cortometrajes en la ciudad?
Es un gran momento, somos muchos los que estamos trabajando, cada uno con sus formas y talentos, estamos aprovechando las ventajas tecnólogicas gracias a nuestra condición fronteriza con Estados Unidos. Se generan equipos de trabajo o se trabaja solo, según sea el caso, y se hacen muestras de trabajo constantemente. Lo que me preocupa es que más que un oficio se está convirtiendo en moda, eso le resta seriedad, para mí es un trabajo y no he dejado de trabajar.
Por último ¿Cuáles son sus proyectos a futuro?
Mucha gente nos pregunta, ¿5 y 10, sigue vivo?, ¿se separaron o están peleados? Es cierto que no hemos exhibido con la constancia del pasado, pero eso no significa que no estamos trabajando juntos, seguimos produciendo; la diferencia es que ahora le damos el tiempo necesario a cada proyecto, experimentamos con distintas fórmulas y planeamos más detalladamente.
Tenemos varios proyectos, en su mayoría largometrajes de ficción y documental: Axel Núñez con “Azul y Blanco”, Juan Carlos Ayvar con “Tijuana no mata”, por mi parte con “La Masakr3” y “Fronteras México”, documentales que actualmente están en post-producción, además de “La Marea”, un cortometraje que realicé el mes pasado. Y ya sé qué proyectos voy a realizar a corto plazo... hay mucho por hacer.
1 comentarios:
Felicidades Rudo, este post me lleno de buenas espectativas sobre tu obra y espero con ansias verlo este sabat :)
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