El cine es un medio que
cada rato evoluciona, cuando menos imaginamos se hacen experimentos que cambian
la convención del cine. Tenemos por ejemplo cuando surgió el audio o cuando surgió
el color. Hoy en día tenemos el formato
digital, lo cual causa muchísimos desacuerdos entre cineastas que van de la
mano con las nuevas propuestas, y los puristas que identifican al cine a través
del celuloide únicamente. El hecho de
que el celuloide ha ido muriendo poco a poco le ha molestado a todos aquellos
que demandan tener la opción de
seleccionar cualquier formato en el que quieran grabar, y esto lo entiendo.
Todos tenemos derecho de grabar en celuloide si quisiéramos y si tuviéramos el
dinero, lo cual es algo que no necesariamente indica que estamos a contra del
cine digital. A mí lo que me ha costado es hacer el cambio de mini dv a hard
drive, me siento más seguro grabando con cámaras de cassette que las de
memoria, pero debo admitir que la tecnología evoluciona y tenemos que seguirle
el paso.
Ahora tenemos este royo
de los 48 cuadros por segundo con The Hobbit, una decisión creativa que ha dado
mucho de que hablar en las últimas semanas. Las nuevas teles de alta definición
tienen un efecto innecesario llamado Motionflow en la que todo lo que vemos en
la tele se convierte de 24 a 30 cuadros por segundo. No se si esas son las
exactas especificaciones, pero así se siente que es. Este efecto es estúpido y
distractorio, no me permite meterme en lo que estoy viendo en la tele ya que
estoy consciente de que es un efecto alterado por el televisor. Entonces,
cuando se revela este detalle de The Hobbit me sacó un poco de onda y me llenó
de curiosidad. Por supuesto he escuchado los dos lados de la moneda. Unos dicen
que es como una ventanita hacia el mundo que se proyecta en pantalla de la
manera más vivida posible, mientras que otros dicen que hace que se vea como
una telenovela en vez de una película. Claro, no había manera de estar seguro
al menos que yo personalmente lo viera, lo cual es algo que hice hace unas
semanas.
Este efecto no hiciera el
más mínimo sentido si se hiciera en 2d ya que básicamente haría lo mismo que
las teles hacen, pero esto lo ví aplicado en 3D, y debo decirles que fue la
mejor experiencia en 3D que he visto en mi vida! Nunca antes me había asustado
cuando algo se lanzaba a la pantalla, y eso que he visto una gran cantidad de
películas en esta manera. Después de esto ninguna película en 3D se sentirá
igual ya que ninguna le llegará a esta.
La película comienza con
una narración de una ciudad llamada Erebor, y, como Jackson suele hacer a la
hora de mostrar paisajes, la cámara vuela a través de esta ciudad, sube y baja por
alturas extremas, mostrándonos perspectivas a través de efectos especiales. Al
ver esta escena me agarré del asiento porque lo sentí todo muy vívidamente, y
de echo pensé que me iba a marear ya que parecía que ciertamente estaba volando
a través de esos paisajes. Da la coincidencia de que en Octubre del año pasado
fui a Universal Studios en donde mayor parte de los juegos son simuladores.
Entras a Skull Island mientras eres atacado por Tiranosaurios y King Kong;
Viajas a Springfield mientras que Sideshow Bob quiere matarnos a todos; y
finalmente te encuentras en una guerra entre los autobots y decepticons en el
juego de Transformers. Estos juegos son simuladores en 3D, los asientos se mueven de tal forma que dan
la impresión que estas ahí y sientes que estas cayendo a cientos pisos de
altura cuando en realidad nunca dejas el parque. Los asientos no se movieron en
la proyección de The Hobbit, pero créanme que no hizo falta. Casi al final del
filme hay una escena de acción en una cueva habitada por orcos en la que la cámara
se mueve con tanta libertad física que me sentí como un testigo de la acción y
no como un espectador en una sala de cine. Fue una fascinante experiencia
visual.
No espero convencer a los
puristas de que esta es la mejor manera de ver 3D ya que muchos de estos
detestan el 3D aún en 24 cuadros. Ese es otro debate más grande aún. Yo no
espero ansiosamente con hacer una película 3D en el futuro, pero sí me llama la
atención. Si no lo logro hacer me quedaré con la curiosidad, pero no voy a
llorar por no haberlo hecho. Sin embargo, yo apoyo el 3d como una experiencia
visual ni más ni menos. Estoy consciente que también se trata de una manera de
que el negocio fílmico estadounidense haga más dinero, pero la experiencia
nadie nos la quita. Esto de los 48 cuadros es el ingrediente que le faltaba al
3D para fortalecer su impacto más aún. Ahora, si el impacto no les hace que
valga la pena ya depende de cada quien.
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