Lo digo en cada reseña que escribo sobre alguna obra de
teatro y lo diré de nuevo: Yo no soy crítico de obras de teatro! Sin embargo me
gusta compartir mi experiencia en mi blog por lo valioso que es ver a los
actores de la ciudad frente al escenario compartiéndonos su don. En este
particular caso se trata de la obra "Poemas para Cantar entre la Basura", protagonizada
por tres actores y tres actrices. De los seis solo reconocí a Barbara Perrin, quien participó en "Ahí Va el Diablo" de AG
Bogliano; y a mi querida y estimada
Tania Niebla, a quien conozco desde sus años preparatorianos en la Lázaro y que
participó en "BUENOS TIEMPOS".
No frecuento mucho el teatro de la UABC, en esta particular
ocasión fui porque Tania estaba participando, pero las pocas obras que he visto
son historias convencionales con un principio, una mitad, y un fin. En el caso
de "Barbie Girls", la continuidad de la obra estaba un poco
alterada (Primero vimos la mitad, luego el final, luego el principio, etc.), pero
era muy fácil de seguir. Debo admitir que no estaba preparado para "Poemas...", en la cual no era que la continuidad estaba alterada,
sino que los seis actores interpretaban, aparentemente, a toda una
preparatoria. Tania, por ejemplo, interpreta a una niña que se tortura
diciéndose a si misma que es fea, pero a veces cambia de papel haciéndole de,
lo que en el cine llamaríamos, un EXTRA mientras otras situaciones se llevan a
cabo en las que su personaje principal no esté involucrado. Y así es en durante toda la obra, la cual,
debo admitir, realmente no le entendí por este mismo proceso. Tal vez los fanáticos
de teatro sepan mejor que yo la táctica que se usó aquí, pero yo tardé un poco
en agarrarle la onda.
Sin embargo, otra cosa que siempre digo en las reseñas sobre
obras de teatro es que lo más sorprendente para mí que soy director de cine es
ver a los actores frente a mí desenvolviéndose y creando una realidad que solo
existe en el escenario, y es por eso que siempre me encanta ir a estas obras.
Llegó un punto en esta en la que dejé de esforzarme por entenderle a lo que
sucedía y solo disfruté la manera de como los actores interpretaban a distintos
personajes. A tal grado que en una ocasión dos de ellos, quienes durante toda
la obra interpretan a preparatorianos, interpretan a dos maestros en una cafetería.
Y lo que siempre admiro es como los actores logran aprenderse todos esos
diálogos sin equivocarse, y a diferencia de otras obras que he visto, en este
caso ninguno de los seis dejaron el escenario por ningún momento, así que por
cuarenta o cincuenta minutos estuvieron ahí frente a todos actuando, sin
tomarse un pequeño descanso para leer sus líneas. Me imagino que ha de ser un alivio para ellos
participar en proyectos de cine en donde graban las escenas en sus diferentes
tiempos, y si se equivocan pueden repetirlo sin broncas. Fue fascinante ver a
estos seis actores en el escenario, y me llena de orgullo haber trabajado con
una de ellas en mi largometraje, y créanme, no será la única vez que trabaje
con ella, ¿no es así mi querida y estimada Niebla?
Felicidades a los actores, créanme que me dejaron boca
abierta con sus grandes habilidades!
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