Joseph y yo no tenemos una visión remotamente similar, no tenemos los mismos intereses creativos ni exploramos los mismos géneros, y BT no pertenece a su género favorito, sin embargo ahí andábamos, en la privacidad de su casa llenándola de actores y colaboradores, planeando escena tras escena.
Algo que me daba risa es que, creo yo, no la paso nada aburrido durante ese tiempo, no era como si estaba todo el rato viendo que no le desordenáramos su casa como si fuera una guardería. Lo he mencionado antes y lo mencionaré de nuevo, ir a casa de Joseph es como el sueño de todo realizador, tiene películas, tráilers, spots, series, todo lo que se puedan imaginar, y mientras rodábamos ponía ya fuera una película (En una ocasión puso “Juno”) o algún behind the scenes y mantenía a ambos los actores como a los realizadores presentes entretenidísimos cuando no estaban rodando (Chequen en el detrás de cámaras de BT cuando una de las actrices está pegada al televisor viendo “True Blood”), y hasta donde yo se él también estaba entretenidísimo. Tal vez no fue su intención, pero se convirtió en el mejor anfitrión del mundo, comenzando con su tolerancia y terminando con sus proyecciones. Con decirles que en un momento estaba a punto de grabar, y Abraham Sánchez me dijo que lo esperara porque estaba viendo algo que Joseph le estaba mostrando. De hecho, algo que se me hizo muy placentero a pesar de que no tuve nada que ver fue en una ocasión en la que Abraham le mostró por primera vez su corto “Postmortem Tacobar”, y al terminar Joseph le dio su opinión constructiva, pero era notable que estaban conectándose creativamente, de tal manera que no me sorprende ver a Joseph trabajando en el rodaje de “Sanguijuelas”.
Foto tomada por JC Ayvar
Él no sabía prácticamente nada del proyecto, solo que era un party, hasta ahí. No sabía cuántos personajes, quien haría que, por que, ni en qué momento. Simplemente nos abrió la puerta de su casa de la manera más generosa y bondadosa, y es algo que realmente nunca voy a olvidar, y es algo por lo cual siempre estaré en deuda con mi querido amigo. Nunca, nunca, pero nunca dejaré de serle agradecido, y aunque mi conocimiento y mi noción del cine tal vez sea muy limitado, siempre estaré ahí para ayudarlo.