El domingo pasado nos juntamos en casa de JA Pantoja por segunda ocasión, solo que esta vez asistieron muchísimos mas, entre ellos Alberto Gutiérrez, la compañera Gabriela, JC Ayvar, Marcio Moreno y Gil González. Esta vez vimos un cortometraje interesantísimo de Amenabar, así como algunos videos sátiros del Internet, y todo esto justo antes de comernos una enorme pizza del Toggino’s. Pero a diferencia de la vez anterior, esta vez hubo un momento sumamente tenso en el que surgió una fuerte discusión en la que se traspaso esa línea delgada entre lo que es correcto y lo que uno quiere ver.
Esto se debió a que Álvaro mostró “La Ciega Revolución” a petición de Gil González, ya que se quedo hipnotizado por el aspecto visual al ver fragmentos en mi documental, lo cual es normal ya que este corto supera todo lo que se ha hecho visualmente. Pues bien, pusimos el corto, lo vimos tranquila y silenciosamente ya que no solo era Gil el que no lo había visto, sino como la mitad de los presentes. Pasaron los 17 minutos de duración del corto, hubo un silencio largísimo e incomodo, lo cual no es siempre muy buena señal. Primero comenzaron los halagos de lo visual, lo cual era obvio, “Hiciste que ese mundo épico fuera creíble”, etc. Pero luego soltaron el primer sablazo, LOS ACENTOS! Lo cual es, como mencioné en mi reseña, posiblemente el único defecto que le encuentro al corto. Eso de los acentos es normal, y hasta casual, hasta aquí todo tranquilo. Pero luego llegó el momento en el que se le dijo el primero de los “dos defectos gravísimos” que se discutirían en ese momento, “Yo creo que debiste haber hecho un mayor enfoque a la Guerra Civil Española… mencionas lugares que muchos no saben que onda y es importante mencionar” aquí se comenzó a intensificar la cosa. Mas adelante le mencionaron el segundo defecto grave del cortometraje, “Dice el personaje que la ama, pero no siento el amor, debiste haber mostrado mas la relación entre ellos”. Aquí se desato nuevamente una fuertísima discusión. Lo que tal vez nadie analizó en ese momento fue que ambos “defectos graves” del corto no cuestionan al proyecto de Álvaro, sino la misma naturaleza del formato del cortometraje.
El cortometraje es un formato riesgoso, muy riesgoso, muy difícil, mas difícil que un largometraje en cuestión de historia y personajes por que no hay tiempo para definir ambos aspectos, no hay. Yo siempre he dicho que un corto debe tener dos enfoques únicamente: O la historia, o los personajes! Échense un volado entre los dos aspectos y denle la importancia a uno solamente. 5, 10, 15, o 20 minutos no son tiempo suficiente para darles forma y figura a ambos aspectos, no se puede, es muy poco tiempo. No puedes crear una historia buenísima sin descuidar a los personajes, o viceversa, no puedes definir a un personaje de pies a cabeza sin descuidar la historia. Pues miren, esto escribí en mi reseña original sobre el corto:
“… yo se que un corto nos es suficiente para concluir una historia bien elaborada… por eso hubo ciertas quejas sobre la manera en que el corto concluyó, igualmente como pasó con “Flor de Nopal”, “20 Pesos”, “Hueso”, y otros cortos más que te involucran demasiado en la historia pero es el mismo origen del cortometraje lo que los limita.”
Me parece que fue el Bezeta quien hace mucho me dijo que no le gustaban muchos los cortometrajes por que estaban demasiado cortos para meterte en la historia. “La Ciega Revolución” tiene el potencial de un largometraje, puedo ver como un largo pudiera surgir de las piezas que se nos dan en los 17 min. de duración del proyecto, pero amigos, hay que enfrentarlo, un largo épico es imposible para que alguien como Álvaro, o como Gil, o como Pillado, o como Giancarlo, o como Villanueva pueda realizar, entonces lo que Álvaro decidió fue enfocarse en la historia contándonos una pieza, lo cual es algo muy valido y usualmente son las piezas las mas interesantes en cuestión de cortometrajes.
Pieza: Momento en que la vida de un personaje cambia radicalmente.
Por que menciono esto del largo? Por que ambos defectos graves que se mencionaron se pudieran resolver si el proyecto fuera un largometraje, ya que ambos lo que requerían es tiempo.
Para hablar mas sobre la Guerra Civil se requiere tiempo, y si acaso hay algo que se en cuanto cortos es la importancia de la química entre dos personajes, y esto requiere muchísimo tiempo, igual y hasta mas de 17 minutos. Claro, pudiera haber quitado escenas del villano en las que amenaza a la protagonista y discursa sus ideologías fascistas, pero si hiciera esto entonces se le alegara que no tiene ningún conflicto (Aparte que ya estaría enfocándose en los personajes y no en historia). Para esto se ocuparía, no se, 10 minutos, 15 minutos mas! Ahí estaríamos casi llegando al mediometraje. Entonces prácticamente lo se le dijo ese día a Álvaro fue que su corto necesitaba ser un mediometraje. Por eso fue que enfureció Álvaro, por que se le pedía más de lo que cualquiera pudiera dar.
Llego un momento en la que Álvaro se encontraba explicando las intenciones del proyecto, fue aquí cuando Gil dijo, “Ya cuando el director esta explicando el corto es por que algo esta mal con el trabajo”, si, algo esta mal, “La Ciega Revolución” no es un largo o medio, es un corto, eso es lo malo. Entonces, ¿acaso debemos ser más cuidadosos de no hacer cortometrajes con potencial de un largo? Pero una mejor pregunta es, ¿Cómo sabemos cual tiene el potencial y cual no?
Todo esto de arriba lo mencioné de una manera mas simplificada poco antes de que terminara la discusión, y fui respaldado por Alberto cuando dijo, “Saben cual es el problema? Que estamos acostumbrados a ver películas de 2 hrs”. Por segunda o tercera ocasión en todo el tiempo que he conocido a mi querido ALVERTOV, estuvimos de acuerdo.
Al final del día todo acabo bien, todos contentos, y Álvaro relajado. Todos nos despedimos con amor y respeto, pero en el camino, mientras nuestro querido Alfredo nos daba raite a Plaza Río estábamos hablando al respecto, y Aquí Alfredo dijo algo que se me quedó grabadísimo:
“Todos dicen que un largo es mas difícil que un corto, tal vez en realización, pero es mas difícil incluirlo todo (los aspectos cinematográficos) en un corto, es muy poco tiempo.”
Esto se debió a que Álvaro mostró “La Ciega Revolución” a petición de Gil González, ya que se quedo hipnotizado por el aspecto visual al ver fragmentos en mi documental, lo cual es normal ya que este corto supera todo lo que se ha hecho visualmente. Pues bien, pusimos el corto, lo vimos tranquila y silenciosamente ya que no solo era Gil el que no lo había visto, sino como la mitad de los presentes. Pasaron los 17 minutos de duración del corto, hubo un silencio largísimo e incomodo, lo cual no es siempre muy buena señal. Primero comenzaron los halagos de lo visual, lo cual era obvio, “Hiciste que ese mundo épico fuera creíble”, etc. Pero luego soltaron el primer sablazo, LOS ACENTOS! Lo cual es, como mencioné en mi reseña, posiblemente el único defecto que le encuentro al corto. Eso de los acentos es normal, y hasta casual, hasta aquí todo tranquilo. Pero luego llegó el momento en el que se le dijo el primero de los “dos defectos gravísimos” que se discutirían en ese momento, “Yo creo que debiste haber hecho un mayor enfoque a la Guerra Civil Española… mencionas lugares que muchos no saben que onda y es importante mencionar” aquí se comenzó a intensificar la cosa. Mas adelante le mencionaron el segundo defecto grave del cortometraje, “Dice el personaje que la ama, pero no siento el amor, debiste haber mostrado mas la relación entre ellos”. Aquí se desato nuevamente una fuertísima discusión. Lo que tal vez nadie analizó en ese momento fue que ambos “defectos graves” del corto no cuestionan al proyecto de Álvaro, sino la misma naturaleza del formato del cortometraje.
El cortometraje es un formato riesgoso, muy riesgoso, muy difícil, mas difícil que un largometraje en cuestión de historia y personajes por que no hay tiempo para definir ambos aspectos, no hay. Yo siempre he dicho que un corto debe tener dos enfoques únicamente: O la historia, o los personajes! Échense un volado entre los dos aspectos y denle la importancia a uno solamente. 5, 10, 15, o 20 minutos no son tiempo suficiente para darles forma y figura a ambos aspectos, no se puede, es muy poco tiempo. No puedes crear una historia buenísima sin descuidar a los personajes, o viceversa, no puedes definir a un personaje de pies a cabeza sin descuidar la historia. Pues miren, esto escribí en mi reseña original sobre el corto:
“… yo se que un corto nos es suficiente para concluir una historia bien elaborada… por eso hubo ciertas quejas sobre la manera en que el corto concluyó, igualmente como pasó con “Flor de Nopal”, “20 Pesos”, “Hueso”, y otros cortos más que te involucran demasiado en la historia pero es el mismo origen del cortometraje lo que los limita.”
Me parece que fue el Bezeta quien hace mucho me dijo que no le gustaban muchos los cortometrajes por que estaban demasiado cortos para meterte en la historia. “La Ciega Revolución” tiene el potencial de un largometraje, puedo ver como un largo pudiera surgir de las piezas que se nos dan en los 17 min. de duración del proyecto, pero amigos, hay que enfrentarlo, un largo épico es imposible para que alguien como Álvaro, o como Gil, o como Pillado, o como Giancarlo, o como Villanueva pueda realizar, entonces lo que Álvaro decidió fue enfocarse en la historia contándonos una pieza, lo cual es algo muy valido y usualmente son las piezas las mas interesantes en cuestión de cortometrajes.
Pieza: Momento en que la vida de un personaje cambia radicalmente.
Por que menciono esto del largo? Por que ambos defectos graves que se mencionaron se pudieran resolver si el proyecto fuera un largometraje, ya que ambos lo que requerían es tiempo.
Para hablar mas sobre la Guerra Civil se requiere tiempo, y si acaso hay algo que se en cuanto cortos es la importancia de la química entre dos personajes, y esto requiere muchísimo tiempo, igual y hasta mas de 17 minutos. Claro, pudiera haber quitado escenas del villano en las que amenaza a la protagonista y discursa sus ideologías fascistas, pero si hiciera esto entonces se le alegara que no tiene ningún conflicto (Aparte que ya estaría enfocándose en los personajes y no en historia). Para esto se ocuparía, no se, 10 minutos, 15 minutos mas! Ahí estaríamos casi llegando al mediometraje. Entonces prácticamente lo se le dijo ese día a Álvaro fue que su corto necesitaba ser un mediometraje. Por eso fue que enfureció Álvaro, por que se le pedía más de lo que cualquiera pudiera dar.
Llego un momento en la que Álvaro se encontraba explicando las intenciones del proyecto, fue aquí cuando Gil dijo, “Ya cuando el director esta explicando el corto es por que algo esta mal con el trabajo”, si, algo esta mal, “La Ciega Revolución” no es un largo o medio, es un corto, eso es lo malo. Entonces, ¿acaso debemos ser más cuidadosos de no hacer cortometrajes con potencial de un largo? Pero una mejor pregunta es, ¿Cómo sabemos cual tiene el potencial y cual no?
Todo esto de arriba lo mencioné de una manera mas simplificada poco antes de que terminara la discusión, y fui respaldado por Alberto cuando dijo, “Saben cual es el problema? Que estamos acostumbrados a ver películas de 2 hrs”. Por segunda o tercera ocasión en todo el tiempo que he conocido a mi querido ALVERTOV, estuvimos de acuerdo.
Al final del día todo acabo bien, todos contentos, y Álvaro relajado. Todos nos despedimos con amor y respeto, pero en el camino, mientras nuestro querido Alfredo nos daba raite a Plaza Río estábamos hablando al respecto, y Aquí Alfredo dijo algo que se me quedó grabadísimo:
“Todos dicen que un largo es mas difícil que un corto, tal vez en realización, pero es mas difícil incluirlo todo (los aspectos cinematográficos) en un corto, es muy poco tiempo.”
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