Uno de los placeres que todos podemos percibir de “El Cuarto Chino” es que no hay limitaciones ni censura en como hablamos ni en como abordamos los temas. Son conversaciones casuales en las que hablamos de una cosa, y mientras hablamos de esa cosa mencionamos otra cosa que abre la puerta a una nueva temática. Que ni se diga las groserías. Hablan de cosas sobre las cuales tanto Mickey como sus invitados tienen un cierto o un amplio conocimiento, y uno de los encantos es que no se detienen para informarle al público y así pueda seguirles la conversación. En mi caso, yo no conozco casi ninguna de las bandas de las cuales hablaron Mickey y Joey Muñoz, pero ahora se que existen. Sin embargo, el martes pasado Mickey asistió a mi casa para grabar el episodio en el que hablaría conmigo, y la conversación fue un poco diferente a las que me han tocado escuchar.
No hay nada particularmente especial sobre mí, pero Mickey se relajó mucho más de lo normal, y tuvimos una conversación tan entre él y yo que el público verá una conversación entre viejos amigos, pero tal vez batallen en seguirnos la corriente. Mi amistad con Mickey tiene seis años de edad, y durante esos años ha habido cercanías como distanciamientos. A veces nos agarran rachas en que nos vemos cada semana, y a veces duramos meses sin vernos. Mayormente tenemos conversaciones amistosas, pero de vez en cuando tenemos otras antagónicas. En pocas palabras, Mickey y yo hemos pasado por todo lo que una amistad pasa, y eso ha hecho que sea una de las muy pocas personas a las que les tengo muchísima confianza.
Todo esto se refleja en nuestra conversación. Hablamos de detalles que solo él y yo conocemos. Nos reímos de cosas que solo a él y a mí nos han pasado. Y así sucesivamente. Regularmente Mickey siempre está pisteando durante el podcast, pero en esta ocasión le pegó un poco más de lo normal. Al final de todo, tan fuera de contexto están las temáticas y la manera de abarcarlas que Mickey afirma vilmente que estamos divagando.
Según tengo entendido que el episodio lo subirá hasta finales de Marzo por que tiene que hacer espacio para personas y eventos mas recientes, espero lo disfruten. Y cualquier duda sobre lo que decimos aquí estamos para servirles.
Durante el comunicado de prensa en el que Spike Lee promocionaba su aquel entonces nueva película llamada “Do the Right Thing” en Cannes, un reportero le pregunta cual es el afán de acabar un filme de manera trágica y lamentable. Lee contesta que no es una historia feliz diciendo, “This is not a Steven Spielberg movie”. Esto lo dice con una sonrisa en el rostro y una pisca de sarcasmo, y eso es lo que me molesta, de la misma manera que me molesta la forma en como Terry Gilliam se queja de “Schindler’s List” por contar una historia de esperanza dentro del Holocausto. Me molesta la actitud hostil que toman hacia Spielberg, pero lo chistoso es que el contenido de sus comentarios no me molesta para nada ya que son ciertos. Ciertamente Spielberg hace películas sobre esperanza y amor que nos hacen sentir bien ante la vida, pero la duda que yo tengo y nadie me ha sabido contestar es ¿Qué tiene de malo hacer filmes de este tipo? ¿Acaso les molesta que evade temáticas mas trágicas?Si quieren ver historias tristes vean cine mexicano, o mejor aún, vean las noticias de las 10pm. para que vean lo cruel y despiadada que es la realidad mundial, y discúlpenos a los que queremos entrar a la sala y olvidarnos poquito de ello y simplemente pasarla bien. Sin embargo, los filmes de Spielberg no son así de sencillos, son conmovedores relatos que exploran la magnitud del corazón humano y como enfrenta a la maldad del mundo y prevalece al final, por lo menos ese fue el caso con “Schindler’s List”, y ahora lo es con “War Horse”, su nueva película que obtuvo una nominación de relleno al Oscar de Mejor Película del 2011 (Nominación de relleno son las cinco películas que no tienen ni la menor posibilidad de ganar, pero la academia las usan para llenar el espacio de las diez nominaciones, aunque este año fueron cuatro).
“War Horse” es una película que sigue a un caballo llamado Joey, y de esta manera explora, aunque sea brevemente, los actos e intenciones de sus diferentes amos y como enfrentan los horrores de la Primera Guerra Mundial. Lo interesante es que no todos sus amos son de un bando, sino cambia de un lado a otro de las trincheras y vemos que independientemente de que lado están, todo soldado es un ser humano que no obtiene orgullo en matar a otros soldados, pero solo esta presente cumpliendo su deber y hace lo que esta obligado hacer.
El filme comienza con el nacimiento de Joey en una granja mientras que un joven llamado Albert observa con asombro. Tiempo después el caballo crece y es comprado en una subasta por el papá de Albert para que lo ayude en el campo, a pesar de que este tipo de caballos no son buenos para eso.Albert cría y ama a Joey, le enseña, lo instruye, juega con él, y finalmente lo pone a trabajar. Lamentablemente dos cosas pasan que los separan de manera indefinida. La primera es que la familia de Albert ocupa dinero para pagar la renta, y la segunda es que se desata la Primera Guerra Mundial. En base a ambas circunstancias el papá de Albert, quien a pesar de estar regularmente borracho toma una decisión lamentable, pero astuta: Vender al caballo al ejército británico y con ello pagar la renta. Esto le rompe el corazón a Albert, tanto que conmueve al soldado que lo compró y le promete regresárselo una vez terminando la guerra.
De aquí en adelante comienza la odisea de Joey, pasando de un amo a otro, y finalmente quedar en medio de plena guerra. Cualquiera que buscara emociones de la manera barata y fácil mostrara a sus amos como horribles monstruos que torturan y mal tratan al caballo, pero todos son personas gentiles con un gran respeto al animal y a lo hermoso que realmente es, tanto británicos como alemanes. Sin embargo, hay una escena lamentable en la que Joey, junto con otros caballos, son utilizados para jalar tanques de guerra demasiados pesados para ellos, y cuando un caballo se rinde lo sacrifican ahí a plena vista. No hay nada humano sobre dicho acto, pero supongo que en medio de la guerra, lo último en lo que puedes pensar es en el bienestar de un animal, especialmente cuando tu no eres el que lo está cuidando. Es triste.
El filme contiene escenas de acción sumamente intensas, pero no llegan al grado de los primeros 25 minutos de “Saving Private Ryan” ya que este filme es, a pesar de todo, un filme familiar. Vemos posiblemente la misma cantidad de muertes, pero es sorprendente la diferencia que hace el que no haya sangre ni gore. Aun así, Spielberg no es tímido ante dichas circunstancias, y las escenas de guerra son brutales y sin piedad. A tal grado que hay una escena casi en la que Joey se desespera, se pone histérico, corre, y corre, y corre a través del campo de batalla. Es un animal, pero podemos sentir que está asustado, cansado y enfadado por todo lo que ha pasado. Y sin dar muchos detalles hablaré brevemente de una chistosa y emotiva escena en la que dos soldados se acercan deliberadamente al campo de batalla para ayudar a Joey, uno alemán y otro británico. Esta escena, lo que pasa, como los soldados manejan la presencia de otro, lo que dicen, lo que no se dicen, como ayudan al animal, como se ayudan a sí mismos, etc. Todo esto ilustra como la guerra no es individualista, sino un todo caótico formado por gente inocente que lo único que quiere es seguir adelante con sus vidas en paz, sin tener que matar a su prójimo.
Las últimas tres películas de Spielberg son historias pertenecientes a géneros que cada vez van muriendo más y más con el tiempo, remplazados por acción violenta, sangre, obscenidades, gore, monstruos, sexo, y tragedias extremas. Con “Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull” y “The Adventures of Tin Tin” exploró el inocente género de aventuraque él creó años atrás. Con “War Horse” nos trae una inocente película de buen corazón con la que hace tributo a las películas épicas del viejo Hollywood. Siento como si Spielberg ve venir el fin de dichos filmes, y en sí de los géneros, y decide hacer un último acto de lealtad. Otra cosa que me viene a la mente es que Spielberg ha afirmado que será el último director que deje de usar celuloide, y ahora con la muerte de Kodak se acerca el momento en el que tome una cámara digital por primera vez. No se por que sentí esa nostalgia en las ultimas tomas del filme, las cuales me recordaron a esa famosa toma del atardecer de “Gone with the Wind”. Aunque bueno, viene otro filme épico en camino con “Lincoln”. Tal vez “War Horse” fue una manera de decir, “Lo veo venir, y lo aceptaré cuando llegué, así que voy a intentarlo lo mas que pueda antes de que desvanezca”. Ser un cineasta romántico no es un problema siempre y cuando aceptes que el cambio viene, Spielberg lo ha aceptado, y regocija antes de que llegue trayéndonos esta fascinante película.
Cuando era niño y veía los créditos en la parte trasera de un VHS había algo que me dejaba dudando: Una película te cuenta una historia, entonces la historia es lo más importante, ¿no?¿Entonces por que los créditos dejan al Director como lo último y lo más importante? ¿Por qué todos recuerdan y valoran a Spielberg si no es él quien escribe las historias que cuenta (A excepción de “Close Encounters of the Thrid Kind)? Nunca hizo sentido eso para mí. Ahora, ya entiendo perfectamente.
Mientras se llevaba a cabo hace unos años el conflicto de Alonso Álvarez Barreda y el supuesto plagio con “La Historia de un Letrero”, hablé con un amigo de mi esposa sobre ese tema. Una fuerte discusión surgió por que yo estaba a favor de Alfonso y él a contra. Su argumento era el mismo que yo tenía antes: El cine es contar una historia, así que si se robó la historia entonces no es un verdadero cineasta. Mi argumento era diferente: Lo importante del cine no es la historia que cuentas, sino como la cuentas, y Alfonso la contó mejor a como la contó el director del corto “original”. Supongo que esto lo aprendí del critico y ganador del premio Pulitzer, Roger Ebert, quien frecuentemente dice, “A movie its not about what its about, but how it is about”. Piénsenlo! ¿Cuantas veces no hemos visto películas que son rescatadas o afectadas por la dirección? Un perfecto ejemplo es “Children of Men” de Cuarón. Los que halaban el filme lo hacen en base a la calidad de la producción, la interpretación futurista, y esos fascinantes planos secuencias. Los que la critican se quejan de la historia (Irónico, ya que el filme fue nominado a Mejor Guión Adaptado). Yo también tuve mis quejas sobre la historia desde la primera vez que la vi en el 2006, simplemente no me la creí que el ser humano fuera tan negligente en esas circunstancias, pero para mí también lo que salvó el filme y la convirtió en una obra maestra es la dirección de Cuarón.
En una ocasión Marcio Moreno definió el guión como es el esqueleto de tu proyecto, y ciertamente lo llamó lo más importante de todo el proceso. Si utilizamos el cuerpo humano analógicamente ciertamente el guión es el esqueleto de un proyecto cinematográfico, pero no es el esqueleto el motivo por el cual nos agrada esa persona, sino por su forma de ser. Si, a veces hay unas personas atractivísimas físicamente, pero si no tienen nada en la cabeza no valen la pena. ¿Captaron el mensaje?
Desde luego que es primordial y esencial tener una buena historia que contar, pero más importante aún es contarla de la mejor manera posible. Imagínense el guión de “Children of Men” tal cual como quedó, pero imaginen que lo hubiera dirigido Michael Bay! Dudo que le hubiera ido igual de bien.
Cuando tenía 15 años de edad regularmente me podían encontrar en eventos y tocadas de bandas locales que se llevaban a cabo los fines de semana ya que mi hermano Marco era el baterista de una de las más populares, los Kung Fu Monkeys. Hoy en día es baterista de otra banda llamada Hyper Lizard, y el jueves pasado tocaron en “The Black Box” de la Ave. Revolución, y estando ahí me recordó aquellos viejos tiempos. Tocaron junto con otras bandas locales, las cuales estaban todas para abrirle a una banda de Boston llamada Tumble Down. Yo nunca me he mantenido al tanto de lo que se lleva a cabo en el mundo de la música o quienes son los novatos del momento, así que no se quienes son esta banda o que canciones tocan. Pero bueno, yo estaba ahí por mi hermano. Marco, por si no habían leído esta reseña, también tiene un interés por el cine: Co-Dirigió “Sling Blade Symphony” al lado de Joseph Pérez; Protagonizó el cortometraje “Redemption” y tuvo una participación pequeña en “Outsourcing”(Ambos proyectos de Filmaka) ; Participó en “BUENOS TIEMPOS” como actor y productor; Y hasta hace unos meses acabó de rodar el cortometraje “Un Cuento de Alex”, el cual se encuentra prácticamente en espera debido a que los encargados de la post-producción andamos aún con BT. Pues bien, el jueves 16 de febrero tocó en la Revu, y al grabarlo recordé todas aquellas tocadas con los Kung Fu Monkeys que me tocaron grabar con mi hi-8. Lo único que faltó es que se hubiera armado el “Slam!” y ahora sí hubiera sido exactamente igual a aquellos tiempos, aunque hoy en día no aguantaría ni 5 minutos dentro.
Junto conmigo fue Marcio, a quien no había visto desde hace mucho tiempo, lo cual es irónico por que ahora de casado vivo a dos cuadras de su casa, sin embargo de soltero lo frecuentaba más. Pues bien, al llegar ahí vimos que básicamente llegamos a barrer, no había nada de gente y las bandas apenas estaban haciendo sound check. “Vamos al zebras” le dije. Llegando ahí nos llevamos una sorpresota al encontrarnos con la grata presencia de Beto Guevara (o Jorge Gamboa) y nuestro querido Manuel A.Anell de “El Porvenir”. “Que hacen aquí?” les pregunto,“Vinimos a ver a Tumble Down, pero todavía no ha empezado”.Ambos venían del Aragon en donde Mickey entrevistó a Beto para “El Cuarto Chino”, lo cual después se convirtió en una charla colectiva al ser acompañados por Joey Muñoz. Siempre es un placer tener discusiones y platicas colectivas de cine con compañeros realizadores, y debido a esto Manuel hizo un comentario muy chistoso:
“Hoy fue un buen día! Demasiado bien! Me pagaron en el jale, tuvimos una charla de cine allá con el Mickey, y al final nos topamos con ustedes para seguirle con la cotorreada! Algo malo me va a pasar en camino a la casa! Me van a violar en el taxi!”
A las 8:50pm me habla mi hermano para decirme que estaba por empezar, así que me adelanté yo solo ya que a los compitas estos les faltaba todavía medio tarro de cerveza por terminar. La última vez que vi a mi hermano tocar con Hyper Lizard fue el 5 de febrero del 2005 en el Museo de Cera que esta por la calle 1era, así que era raro verlo de nuevo en el escenario afinando su batería seis años después. Los integrantes ya no son los mismos que aquella vez, pero una notable adición es una muchacha llamada Linda Torres. Hay algo llamativo con el hecho de tener a una mujer como cantante, nos vienen a la mente grupos como Blondie, Garbage, The Cranberries, The Sounds, entre muchísimos otros. Sin embargo, estos grupos no dependen de el hecho de tener a una mujer cantando, sino de que estas mujeres tiene presencia y carisma. Hace muchísimos años vi tocar a un grupo que tenían a una cantante tan ordinaria que no solo no tenía una buena voz, sino parecía no estar consciente de lo importante que es ser la que encabeza a la banda en el escenario. Afortunadamente esto no pasa con Linda, y en este caso, como dije previamente, ella es una adición al grupo.
Linda Torres
Pues bien, comenzaron a tocar, generalmente rolas nuevas que no había escuchado.“Esta canción se llama ‘Mary Kelly’” dice el guitarrista llamado Marlon (hermano de uno de los actores que participan en “Yan She”). “Mary Kelly” es una canción escrita por mi hermano en memoria de la ultima victima de Jack the Ripper. Pero mas que estar basado en la verdadera persona está basado en el Inspector Abberline y el romance que hay entre ambos en “From Hell” de los Hughes Brothers (En vida real el Inspector era un hombre ya mayor de edad, casado y con hijos. En el filme su esposa falleció dando a luz y el personaje es interpretado por Johnny Depp, quien, sobra decir, no es un hombre mayor de edad). Esta canción es la que puse durante los créditos de “Cenizas Quedan”, aunque la versión que yo puse es sin letra y sin saxofón.
Otras dos canciones que tocaron fueron los covers “Help” y “Anything…”, los cuales levantaron a la gente bastante.
Beto Guevara y Manuel Anell
JP: “Han visto la de Nightmare on Elm Street en la que sale un karateka?”.
BG: Es en la 5ta, no?
MA: No! Es en la 7ma.
BG: No, aguanta! Es en la que es supuestamente basada en vida real (Wes Craven’s New Nightmare).
MA: Por que preguntas Paredes?
JP: … Ah! Por que es la rola que sale en esa escena (Anything…).
Tumble Down
La banda que le siguió a Hyper era una que tocaba Death Metal, y como a mi no me gusta esa música me reservo los comentarios ya que no puedo ser constructivo al respecto, es como pedirle a Diego Álvarez que sea constructivo con “Red State” cuando de antemano aborrece a Kevin Smith. Lo único que sí diré es que su baterista es bastante talentoso. Y al final siguieron Tumble Down, a quienes solo vi como por diez minutos y luego me retiré ya que tenía que trabajar al día después, bueno, Beto y Manuel también, pero ellos están jóvenes y tienen más años de vida en ellos.
Fue una noche divertida en la que en realidad me topé con dos antiguas nostalgias: La primera fue la ya mencionada de cuando iba a este tipo de tocadas cada fin de semana con mi hermano.La segunda fue que me recordó a aquellos tiempos en los que la Calle Sexta era nueva, y de manera espontáneamente iba y me encontraba a buena gente con quien acababa pisteando toda la noche, lo cual conforme pasan los años es más improbable que pase. Pero más que nada me alegra haber visto a mi hermano tocar de nuevo después de tanto tiempo. Tocaron muy bien y la respuesta que obtuvieron fue buena. Lástima que el evento fue en jueves, de haber sido en sábado le hubiéramos seguido hasta más noche, e incluso hasta hubieran tenido mayor público. Pero bueno, esperemos que sea en otra ocasión.
Y en cuanto mis amigos realizadores, pues, esta reseña me recordó que tengo que hablarle al Manuel pa’ asegurarme de que no le pasó nada en el taxi.