Nota de Victor Soto sobre Yan She


"Como no me fue posible asistir al estreno de Yan She (2010) de Alan Márquez (Puebla, 1980, con 21 años de residencia en Tijuana) en el Centro Cultural Tijuana, con verdadera curiosidad acudí al teatro de la Casa de la Cultura, sobre todo después de conocer el título en español del film y de saber que trataba de artes marciales y otros aspectos de la cultura china, mismos que empezaron a ser evidentes con la Danza del León dando la bienvenida a los numerosos asistentes que llenaron la sala del emblemático edificio de la colonia Altamira.

Tuve la fortuna de proyectar en los noventas ciclos de cine facilitados por el Consulado Chino en Tijuana, de esa forma llegó a las salas universitarias Sorgo rojo de Shang Yimou, entre otros films de los nuevos cineastas orientales que luego hallé programados en la cartelera del célebre Ken Cinema. La relación de la Universidad con el Consulado Chino nos dio la oportunidad de tener además de ciclos documentales exposiciones fotográficas y acercamientos a la literatura china contemporánea en coincidencia con la exhibición en los cines del centro de la ciudad de los filmes de Bruce Lee y Jackie Chan. Como imparto un curso de Literatura Oriental tenía, pues, muchos motivos para ver esta obra de Márquez, quien ha dirigido antes El último heredero y El libro rojo (2002), una misma película en dos partes, también sobre artes marciales, por lo que habría que reconocerle a este joven cineasta la apropiación de una temática con tradición en nuestro medio.

Alan Márquez Lobato es egresado de la licenciatura en Comunicación de la Facultad de Humanidades de la UABC, cursó un Diplomado en Cine auspiciado por la Universidad Iberoamericana y el Centro de Estudios Cinematográficos de Baja California. Esta producción de Márquez Bros & Mamut Pictures tiene ya cinco años en proceso lo que pone de relieve la perseverancia y la fuerza de trabajo de todo un equipo.

El título del film me remitió al hexagrama 5 del I Ching, Hsu, La espera, compuesto de los trigramas Agua (superior) y Cielo (inferior), lo insondable y lo creador que nutren una espera activa, en la que no hay cabida para la debilidad ni la impaciencia. Partiendo de esta idea me pareció que el film iniciaba con una propuesta directa a los espectadores, les daba una esperanza en la que la mayor virtud sería la persistencia. Por otra parte, como el héroe se llama Dante (interpretado convincentemente por Bogart Márquez) resultaba imposible no asociarlo al célebre poeta mantuano y a su descenso al infierno. Ariadna es el nombre de la protagonista, a la que encarna la bella actriz Daniela Castanedo. La tela de Ariadna me hizo pensar en el bosque de las telarañas de Kurosawa en Trono de sangre (adaptación de Macbeth), asociándolo con los hilos del destino entretejidos en esta película.

Los ideogramas de Yan She, obra caligráfica del maestro Eduardo Auyón, aparecen en los créditos en el margen izquierdo de la pantalla, la forma de kung fu hecha por el protagonista, la pintura de máscaras de la ópera china y el mundo de los negocios turbios completan en escenas paralelas la intriga de predestinación en esta trama representada en rojos, ocres, grises, negros, verdes, púrpura en contraste con rosas encarnados, azules claros y blancos suaves creadores de una atmósfera crepuscular, taciturna con la que Márquez rinde homenaje a William-Adolphe Bouguereau (1825-1905), el pintor francés admirado por Chopin y ahora revalorado, particularmente, por su viaje de Dante y Virgilio al infierno. La contribución de Arturo Torres en la iluminación sostiene la creación de atmósferas enrarecidas e intensas en consonancia dramática con la música original de David Arango y los arreglos de Tomás Acosta, que potencian los diálogos con efectos sonoros que imprimen rasgos estilísticos a una temporalidad y especialidad lógica y cronológica en la que la duración de las tomas y el cuidado del ritmo favorecen una narración fluida pues son escasos los flash backs y los montajes oníricos, en cambio, los planos-secuencia bien estructurados demuestran seguridad e imprimen sinceridad al relato, resolviendo cada paso con disciplina y creatividad.

La acertada selección de locaciones (obra de todo un equipo) nos entrega un espacio propio. Filmada íntegramente en Tijuana, no se cae en los clichés, es un espacio totalmente ficticio con un diseño urbano hecho para el desenvolvimiento de personajes caracterizados e interpretados excelentemente, son verosímiles (incluye a actores chinos residentes en Tijuana, entre los que destaca Jin Liang Ma) por sus expresiones faciales, tono de voz y lenguaje corporal en correspondencia con vestuario, maquillaje y decorados. La naturalidad (no se echa mano de recursos supérfluos), los escenarios, la iluminación cargan simbólicamente las atmósferas de callejones, plazas, calles, residencias, estacionamientos, carreteras por lo que hay que reconocer la dirección artística de Mirna Tapia y el trabajo fotográfico, junto con el director, de Arturo Torres. Mención aparte, por lo fundamental en el contenido de la historia, merece sin duda la supervisión de escenas de artes marciales guiadas por el maestro José René Márquez. En general el film presenta un adecuado uso de máscaras, cuchillos, péndulos, pistolas creando un sincretismo de cultura oriental y occidental reconocible sin necesidad de mostrar una ciudad fronteriza aunque ésta sea sugerida por las relaciones de los hechos.

El mundo ordinario del héroe y su carencia, el llamado a la aventura, el reto, la decisión y el descenso al infierno ponen a prueba la introspección de este hombre que espera, que acepta su destino y se sacrifica revelando a Alan Márquez como conocedor de estrategias de seducción narrativa, pues maneja el conflicto y la tensión hábilmente en este thriller trágico-heroico reforzado por las artes marciales y elementos del film noir como el uso de picadas, contrapicadas y desplazamientos violentos y laberínticos. Márquez ha tenido la colaboración de Cinthya Meza (egresada de Letras y con maestría en Educación por la UABC) en la adaptación, es además autora e intérprete de “Días de lucha y amor” la canción tema del film, por lo que podríamos pensar que esta pareja tiene su reflejo en las figuras del detective (Miguel Bobadilla) y su ayudante (Mirna Tapia) como parte de la metaficcionalidad que incluye noticieros televisivos indispensables en la visión de este mundo espectacular sin referencia a la realidad que vivimos sino más bien al propio mundo del cine.

No es posible hablar de un final porque el film está en proceso, aunque se sostiene con ese final abierto. Ya está escrito el guión de la segunda parte, así que para Márquez y su talentoso equipo de colaboradores es muy importante compartir su experiencia y escuchar opiniones o, si lo prefieren, hacerles llegar sus comentarios a yanshe.blogspot.com. Invito a los lectores para que sean partícipes de las próximas exhibiciones de este largometraje en el Palacio de la Cultura, ICBC, Casa de la 9 y Facultad de Humanidades".



Nota escrita por Victor Soto para El Mexicano.

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