Lo mismo le pasó a Antonio, el héroe de este documental, cuando una persona fue asesinada y los policías lo eligieron a él como responsable. Pudo haber sido cualquier persona, cualquiera de nosotros, pero le pasó a él cuando le debería haber pasado a la persona que realmente cometió el crimen. Lo aterrador es que uno nunca puede predecir cuando y en donde va a suceder, es por esto que muchos le temen a la policía en vez de verlos como aquellos que nos protegen y cuidan nuestro bienestar.
Pero aquí es en donde apenas comienza la historia ya que el documental nos lleva a través de la odisea de Antonio y sus abogados al tratar de comprobar su inocencia. Todo inicia cuando descubren que el abogado que lo representó cuando recién sucedió el crimen realmente no era abogado. Debido a esta y muchas otras irregularidades, el caso fue reabierto y la batalla comenzó nuevamente. Lo único malo era que sería el mismo juez que se encargó del primer caso, lo cual complica la cosa ya que para que Antonio fuera declarado inocente esta segunda ocasión el juez tendría que al mismo tiempo aceptar su error de la primera, y ningún juez es tan generoso.
Es aquí cuando conocemos al honorable Juez Hector Palomares, un inculto, cinico, y asqueroso ser humano que, con su forma de manejar la situación, demuestra que no toma en consideración lo serio que es su trabajo y que mucha gente depende de su veredicto. También conocemos a la abogada acusadora Maricela Miranda Galván, otro ser despiadado que cuando le preguntan por que cree que Antonio es culpable contesta con honestidad y cinismo al mismo tiempo, “Por que es mi chamba”. En cambio por el lado del acusado tenemos a los dos abogados personaje que nos hace sentir un gran alivio cada vez que aparecen en pantalla son los dos abogados que reabrieron el caso, Roberto y Layda, y el nuevo abogado defensor Rafael Heredia, quien también le agrega un sentido del humor a toda la situación con su actitud firme y terca.
Juez Hector Palomares
Toda la sesión del juicio es grabada y vemos cosas en la actitud de los involucrados que nos deja asombrados por su cinismo, comenzando con el Juez, quien no deja que el único testigo acusador conteste preguntas del abogado defensor sin interrumpir y alegar que “nada está en el expediente original”, causando repetidas discusiones entre ambos. Claramente vemos como el testigo acusador, primo del fallecido, piensa por varios segundos después de cada pregunta en la que requiere que describa como sucedieron los hechos de aquella noche. Muchas de sus declaraciones contradicen a las que dijo en su primera declaración. Sin embargo, hace una revelación increíble: El no sabía el nombre de la persona a quien estaba acusando de ser el asesino hasta que los policías que lo agarraron se lo dijeron, es posible que también los policías le dijeron que lo acusara a él del homicidio? “Le van a dar veinte años a Antonio al menos que digas la verdad!” le dice de la manera más directa el abogado defensor al testigo. Afortunadamente, la última vez que lo vemos en el documental hace lo correcto. También aparecen los tres policías que participaron en el arresto, y casualmente ninguno de los tres recuerdan nada de aquella noche. Uno de ellos, José Manuel Ortega Saavedra, se convierte en un villano con sus puros gestos y expresiones, nomas le falto un gato al estilo Dr. Evil de “Austin Powers”.
Abogado defensor Rafael Heredia
Es bastante claro que Antonio es inocente, y me encanta la manera persuasiva en la que el documental lo maneja utilizando animaciones y narraciones, incluso hasta en ocasiones el material del juicio es interrumpido y se nos señala donde acaba de haber una contradicción.
He visto otros documentales mexicanos los cuales tratan de una persona y los sigue durante sus vidas rutinarias, lo mismo pasa aquí, excepto que en este caso es realmente fascinante ya que sigue su vida rutinaria en la cárcel, y hace un fascinante contraste con las escenas del juicio ya que vemos a esta persona, a quien la cámara sigue paso a paso, en acción. Otros documentales los siguen, y los siguen, y los siguen, y ahí terminan.
Que a final de cuentas Antonio es liberado es algo que todos sabemos, pero eso no le quita suspenso e interés al proyecto, y aun así el veredicto de este segundo juicio nos sorprende e impacta.
Al final los realizadores dejan bastante claro la objeción que hacen hacia el sistema de justicia, y eso puede que les afecte. Al afirmar vilmente al final del documental “Pide que graben tu juicio!” o “Exige ver al Juez!” están mostrándole sus estrategias al enemigo, y es muy probable que los encargados en el sistema salgan con un “motivo” por el cual los acusados no puedan hacer ni una ni la otra. Mientras tanto nosotros seguiremos andando con las calles, esperando no ser seleccionados al azar por algo que no cometimos. Estoy seguro que hay policías honestos que nunca harían algo así, pero para saber cuales es muy difícil, no llevan una nubecita arriba de ellos haciéndonos saber.
Al comienzo Lydia y Roberto revelan que encontraron varios casos así, mi sugerencia es que los unan y hagan otro documental más generalizado y directo a contra del Sistema de Justicia, y si los acusan de no mostrar detalles de estos casos que les muestren este y respondan, “Seguros que quieren que hagamos eso?”.
Nota: Mucho se ha dicho de que todo ese royo de que lo querían quitar de cartelera fue una estrategia para crear polémica y jalar al público. Pues miren, si lo fue, qué bueno que les esté funcionando, este es un documental que todos deben ver.
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Si, sé que es irónico que diga que vayan a verla mientras que lo pongo aquí mismo, pero también me pongo a considerar su éxito en cartelera y que a estas alturas los que no han ido a verlo son por fuerzas mayores que se los impide, y pues bien, aquí les hago el favor.
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