Otra historia de traicion...


Si ustedes llegaron a ir a la 6ta durante el 2008 es muy probable que se llegaran a topar conmigo y con mi querido amigo Enrique, ya que regularmente nos juntábamos ahí y acabábamos embriagadísimos. Su nombre no es Enrique, pero es el pseudónimo que usaré para contar esta triste historia. Éramos buenos compañeros, nunca llegamos a cruzar esa barrera en cuanto lo personal, pero ambos éramos personas interesadas en el cine, así que éramos lo suficientemente compatibles. Tan bien nos llevábamos que en una reseña aquí en el blog escribí sobre la buena persona que era.

Al igual que muchos realizadores locales, este compañero no solo estudiaba comunicación en la UABC, sino también trabajó en el programa televisivo “Cultura Cuadro”. Un día me dice que ocupaba material visual para un reportaje que harían en el programa, el motivo por el cual acudió conmigo es por que yo tenía este material, el cual era ajeno, a la mano y fácilmente podría dárselos. Con mucho gusto, le cedí el material.

Tiempo después los papeles cambiaron, ahora fui yo el que ocupaba material para “Séptimo en la Frontera”, esto era después de la bronca que tuve con el material de Adriana Trujillo, así que tenia que retomar el proyecto adquiriendo nuevo material. Ahora, para conseguirlo no consulté con Enrique, si no con otro de los varios amigos que tenía dentro del programa. La manera en como yo lo veía es que ocupaba el material de “Cultura Cuadro”, así que acudí con la persona que tenía los archivos originales del material necesitado. Desde luego, este amigo cedió. Para recoger el material me citó en la UABC, llegando ahí me topé también con Enrique, y aquí fue cuando pasó lo que pasó. Mi otro amigo saca un DVD con el material que le pedí (Lo cual eran unas entrevistas a unos jóvenes), me lo da, lo guardo, y en eso Enrique voltea con una cara de molestia y me dice “¿Por que no los entrevistas tú?”, “No tengo tiempo” le contesto. Mas adelante, mi amigo que me dio el material me confirma que ciertamente a Enrique le había molestado mi petición por que era material que él había grabado, y no le pareció que otra persona lo hubiera tomado así de fácil.

Eventualmente lo enfrenté y le pregunté tranquilamente cual era su problema. Su respuesta: “Ese material no era mío, sino de Cultura Cuadro. Me molestó que te hayan dado el material así de fácil siendo que no era de quien te lo dió”. Su respuesta indicaría que si estuviera molesto con alguien fuera con la persona que me cedió el material, ya que él fue quien me dio las imágenes tan deliberadamente no? Si ese es el caso, ¿por que nunca le llamó la atención a él?

Ciertamente yo pude haber hecho esas entrevistas por mi cuenta, y a pesar de que estaba muy ocupado en ese entonces mentí en haber dicho que no tenía tiempo. Pero no era cuestión de necesidad, sino de practicalidad. Para yo conseguir el material que Enrique me pidió requirió andar pa’ arriba y pa’ abajo por toda la ciudad, taxis, llamadas, telefónicas (a veces) desde E.U., etc. En pocas palabras, una friega! Sin embargo, ¿por que hacer que mi compañero pase por eso si yo tengo el material? ¿Por qué no hacerle la vida más fácil y simplemente dárselo? Eso fue lo que yo pensé cuando le dí el material, y me sorprendió que el haya reaccionado de manera contraria. Aparte, después de toda la controversia que desató el documental, y considerando el tipo de personas que fueron entrevistadas en su material, era muy probable que no aceptaran ser entrevistadas por el tipo que causó todo esto.

Ahora, en cuanto “Cultura Cuadro” es razonable lo que dice, tal vez debí haber consultado con los del programa, pero ¿por que habría de molestarle si no lo hice? ¿En que le afecta a él? Tal vez hubiera tenido problemas con los encargados del programa, pero no fue él quien me dio el material, así que él no se metería en problemas. No me quedé callado y le pregunté por que pensaba que era justo que yo le prestara material sin titubear y él no hizo lo mismo. Su respuesta: “Por que tú consultaste con lo que los dueños del material”. Así es, yo lo hice, pero él no, de la misma manera que yo no consulté, aparentemente, con los dueños de su material. Lo mas curioso es que anteriormente los del programa ya me habían dado otro material tan deliberadamente para el documental (Claudia Becerra fue muy amable al respecto).

Cualquier posible consecuencia que él hubiera tenido también podría aplicarse a mí con el material que yo le obsequié. Ambos tomamos el mismo riesgo, pero solo uno lo hizo con gusto. Bueno, técnicamente él no lo hizo por que, de nuevo, no fue él quien me cedió el material. Aparte, Cultura Cuadro se transmite por cable, cualquier persona hubiera podido simplemente grabar el programa y obtener las imágenes fácilmente (Eso hice con el material de “Fusión” incluido en el documental. Le comenté a el productor del programa y no le molestó en lo más mínimo).

Repito, lo que exigía era entendible: Si ocupo material de “Cultura Cuadro”, lo más prudente es pedírselo a los encargados “Cultura Cuadro”. Pero lo mismo puedo decir de él: Si ocupabas el material ajeno que yo tenia, lo más prudente era que consultaras con los dueños de ese material. Pero ninguno de los dos lo hicimos por el mismo motivo: Ambos teníamos el poder de facilitarnos la labor el uno al otro. El motivo por el cual él se molestó, más nunca quiso decir, es sencillo: El se tomó la molestia de grabar a estos jóvenes, y yo me ahorré el trabajo a través de él. Pero, de nuevo, esto se puede aplicar a él: Yo me tomé la molestia de conseguir aquel otro material, y él se ahorró esa tarea a través de mí. Y si los encargados del programa me los hubieran cedido directamente no creo que hubiera cambiado su actitud al respecto ya que eso no cambia el hecho de que él lo grabó, decir que la molestia se debía por que pertenecían a “Cultura Cuadro” fue una manera de encubrir el verdadero, y egoísta, motivo.

Mi única duda hasta este día es por que no podía ser mutua la cosa.

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