No recuerdo la
fecha exacta, pero más o menos hace diez años estaba por terminar mi segundo
cortometraje. Si mal no recuerdo fue por estas fechas en las que yo y el
protagonista, Oscar Camacho, rondamos por las calles de Tijuana desde el
Palacio de Gobierno en Zona Rio hasta el mercado de artesanías en la Calle
Segunda. Fue una larga caminata, pero no creo que haya sido tan mal para mí
como lo fue para él considerando que era domingo y que estaba crudo. También
fue por estas fechas en las que grabamos el intro en el que el personaje está
en su cuarto escuchando "Digital" de Joy Division
y al poco tiempo después tiene una bizarra fantasía en la que mataba a un grupo
de individuos que hoy en día son mejor conocidos como Hipsters. La escena del
ataque ya la había grabado meses atrás, y de echo fueron solo cuatro días en
los que se grabó el corto completo, hubiera sido muchísimo menos si me hubiera
organizado mejor, pero era tan fácil y
relajante el rodaje que me tomé mi tiempo.
Si "Un DichoAprobado", el cual había terminado un año
atrás, fue una exploración de como "hacer" un corto de manera
artesanal, este nuevo, al cual eventualmente titulé "Abuso al Arte",
fue una exploración de como alterar lo que fuera una historia normal con tal de
crear el impacto necesario. Originalmente era una historia de cómo un tipo
odiaba a los hipsters (A quienes yo titulé en ese corto como
"Cultos"), pero pasó de eso a convertirse en una vil rayada de madre
de mi parte hacía estos tipos, usando el protagónico, y en general el corto,
como pretexto para hacerlo. Cuando alguien hace esto a través de una buena
historia y personajes tridimensionales es importante que seas sutil al
respecto, pero como no contaba con ni una ni la otra entonces me volví loco y
decidí ser lo más directo posible: Odiaba a estos tipos y no me daba miedo
admitirlo.
Si la historia la
hubiera tratado como algo serio hubiera sido una exageración involuntaria, la
cual no podía tomarse en serio. Pero afortunadamente había visto la fascinante
"24 Hour Party People" de Michael Winterbottom, la cual ignora todo método
narrativo tradicional e utiliza otros más radicales para contar la historia del
surgimiento de la cultura rave en Inglaterra con una vibrante y creativa
energía. Ver ese filme fue como un wake up call que me decía que algo tan íntimo
y personal que no podía transmitir a través de una coherente historia debía
contarse de una manera inconvencional. Ciertamente así fue, dentro de lo que
cabe.
Hay maneras mil
veces más radicales de contar una historia, especialmente hoy en día, pero esta
fue la primera vez que yo lo hice. Combino distintos formatos de tal forma que
a veces parece ficción y a veces parece documental. A veces parece que la
historia se contará con puras imágenes hasta que de repente surge una narración
tan descriptiva como la de "Goodfellas". A veces lo que pasa en pantalla
parece tomarse en serio porque lo requiere y otras veces parece tomarse así
como parodia. No hay consistencia de ningún tipo. Al final el proyecto acaba
siendo una expresión de odio y coraje de mi parte, ni más ni menos.
El corto duró 15
minutos en total, pero ese verano reedité una versión de cinco para que pudiera
mostrarse en un nuevo festival llamado Corto Creativo, el cual llevaría a cabo
su primera edición. Dos años después mostraría la versión original en el mismo
fest, en donde tuve muy buena respuesta, en especial de un morrillo que estaba
en el público llamado Mickey Brijandez. Realmente no podía pasar más con ese
corto ya que estaba compuesta de imágenes y piezas musicales registradas como
"All We Ever Wanted" de Bauhaus, "Come Together" de los
Beatles, y varios clips de bandas como Queen, The Who, y otras. Y en realidad
no esperaba que pasara más con él, el hecho de que se haya mostrado tanto en el
Festival como en el CECUT fue más que suficiente para
mí ya que era una época en la que no hacíamos cortos para ganar premios o ser
reconocidos, sino por amor al arte (De hecho hay una parte en la que el
personaje pasa por un lado del Cecut. Aunque tal vez no fui muy claro, grabarlo
y mostrarlo como lo hice fue mi manera de decir "Espero algún día se
proyecten ahí mis trabajos"). Hace dos años me entrevistaron para "DarkTijuana", el documental que hablaba de la escena
gótica en Tijuana y me preguntaron sobre el corto. Supongo que les llamó la
atención que sea posiblemente el único cortometraje que muestre a un gótico (El
Protagonista) de carne y hueso con gustos musicales que regularmente tienen ya
que en el cine usualmente escuchan música satánica o heavy metal.
A veces ocupas
quitarte a ti mismo del camino para encontrar tu objetivo narrativo. En mi caso
tanto "Abuso al Arte" como "Un Dicho Aprobado" eran traumas
emocionales que siempre estaban ahí jodiendome la cabeza, y la única manera de
sacarlas era haciendo lo que más amaba hacer. Solo después de haberlos echo me
di cuenta lo absurdo e ingenuo que era, sin comprender como cosas como estas me
molestaban tanto. Sin embargo, los amo con todo mi alma ya que me ayudaron a
definir mi visión, y si no los hubiera hecho no hubiera pensado más coherente a
la hora de hacer el siguiente. En el caso de Abuso era cuestión de sacar todo
mi coraje para estar en paz conmigo mismo (Tenía 19 años cuando lo hice). Años
después uno de aquellos cultos que tanto me inspiraron lo vio y respondió de
manera sarcástica al respecto. Pudo haber sido peor, no pudo haberlo inspirado
lo suficiente para utilizar su creatividad y crear ese comentario.
La reseña más
extensa de la realización de este corto pueden encontrarla
aquí.
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