Hace 10 años salió a la pantalla grande el filme más influyente, motivador, cautivador, extraordinario, y todo lo bueno que uno pueda decir sobre algún proyecto cinematográfico, por lo menos para mí. Estoy hablando por supuesto del filme considerado como el segundo mejor de Steven Spielberg, “Saving Private Ryan”. Su mejor película es “Schindler’s List”, pero a mi me impactó mas Ryan, tanto que he sido lo suficientemente atrevido como para decir que es mi película favorita de todos los tiempos. Digo esto por que muy pocos pueden seleccionar su película favorita de entre tantas obras de arte que han salido. Si quieres ver acción, lo tiene. Si quieres ver suspenso, lo tiene. Si quieres ver un filme que te haga pensar, lo es. Todo lo que puedas pedir en una película Ryan lo tiene. Hasta un poco de comedia, aunque esta difícil incluir mucha en una película como esta. Este año cumple 10 años, y durante esos 10 años no he visto una película que la quite del lugar en que la tengo. “United 93” es la más cercana, pero aun así, por lo menos para mí, Ryan prevalece.
Ya pasó una década, y el filme sigue igual de poderoso que cuando el día en que se estrenó. Los mundialmente y eternamente famosos primeros 25 minutos aun siguen dejándonos con la boca abierta y con los nervios de punta. La fotografía de Janus Kaminski sigue siendo visualmente encantadora. La estratégica decisión de ambos Spielberg y John Williams de no incluir música en las escenas de batalla sigue siendo valorada. Y a pesar de que Tom Hanks es el actor protagónico y su actuación es buenísima, es con la de Jeremy Davies con la que seguimos identificándonos.
No se que tan bueno o malo sea yo para hacer cine, pero sea lo que sea creanme que no lo fuera sin esta película. Tal vez mi visión fuera otra muy diferente a esta, pero no creo que fuera tan humana como la es ahorita. Si se fijan en mis trabajos de ficción, es en muy raras ocasiones en que muestro otra perspectiva que no sea la de los protagonistas, esto es algo que Spielberg me impuso con “SPR” ya que nunca muestra los planes de ataque ni las historias personales de los alemanes, sino los muestra como individuos alternos que cambian, o terminan, la vida de los personajes que seguimos durante el filme. Claro, esto es algo que se lo debemos a Oliver Stone en “Platoon”, pero Spielberg lo tomó un paso mas adelante combinándolo con la estética visual mas realista y cercana a la terrible realidad del campo de batalla creando un impacto incomparable.
Termino esta reseña dejandoles aquí los primeros 8 de los extraordinarios 25 minutos introductorios.
Ya pasó una década, y el filme sigue igual de poderoso que cuando el día en que se estrenó. Los mundialmente y eternamente famosos primeros 25 minutos aun siguen dejándonos con la boca abierta y con los nervios de punta. La fotografía de Janus Kaminski sigue siendo visualmente encantadora. La estratégica decisión de ambos Spielberg y John Williams de no incluir música en las escenas de batalla sigue siendo valorada. Y a pesar de que Tom Hanks es el actor protagónico y su actuación es buenísima, es con la de Jeremy Davies con la que seguimos identificándonos.
No se que tan bueno o malo sea yo para hacer cine, pero sea lo que sea creanme que no lo fuera sin esta película. Tal vez mi visión fuera otra muy diferente a esta, pero no creo que fuera tan humana como la es ahorita. Si se fijan en mis trabajos de ficción, es en muy raras ocasiones en que muestro otra perspectiva que no sea la de los protagonistas, esto es algo que Spielberg me impuso con “SPR” ya que nunca muestra los planes de ataque ni las historias personales de los alemanes, sino los muestra como individuos alternos que cambian, o terminan, la vida de los personajes que seguimos durante el filme. Claro, esto es algo que se lo debemos a Oliver Stone en “Platoon”, pero Spielberg lo tomó un paso mas adelante combinándolo con la estética visual mas realista y cercana a la terrible realidad del campo de batalla creando un impacto incomparable.
Termino esta reseña dejandoles aquí los primeros 8 de los extraordinarios 25 minutos introductorios.
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