Castillo de la Pureza

Ver "El Castillo de la Pureza" de Arturo Ripstein fue una afirmación de como las cosas realmente no han cambiado en el cine mexicano a través de los años. Yo no soy ningún experto en esta temática, pero aparentemente una vez terminando la época de oro los cineastas optaron por ser más pacientes con el ritmo de sus filmes y mostrar largas y detalladas tomas de lo mismo una y otra vez. El noviembre pasado vi "Veneno para las Hadas" de Carlos Enrique Taboada, y durante el comienzo el filme mantiene un ritmo entretenido hasta que llega al último acto y muestra sumamente detalladas escenas de dos niñas rondando por el campo buscando los ingredientes para el supuesto veneno. Este es un estilo que se lleva a cabo hasta este día por las recientes generaciones de cineastas mexicanos, encabezado por cineastas como Carlos Reygadas. En "Castillo..." el estilo, y en sí lo que literalmente sucede en pantalla, es muy lento y repetitivo. Vemos más de lo mismo una, y otra, y otra vez. Esto no lo hará entretenido, pero tampoco lo hace malo, y sea lo que sea este estilo causa un cierta impacto en cuanto nuestra percepción del protagonista.

El filme cuenta la aterrante historia de un padre posesivo y celoso que mantiene a su familia encerrada en su casa, la cual parece ser un vecindario barricado, por 18 años. Su argumento es que el mundo real de afuera está lleno de violencia y decadencia. El único que tiene permiso de salir es él ya que ahí mismo en su casa su familia fabrica veneno para ratas y él es quien se encarga de salir a la calle y venderla. Su familia está formada por su esposa Beatriz, sus dos hijos adolescentes Porvenir y Utopia, y la niña menor Voluntad. Todos dicen que quieren a su papá, pero no es tanto amor si pavor lo que sienten por él. Durante el filme surgen varios momentos en los que los personajes expresan su frustración de estar apartados del mundo ya sea con gritos o con alguna otra muestra de desinterés por vivir. El padre, Gabriel, está verdaderamente enfermo: Al salir al mundo vende su mercancía, le coquetea a la hija de una de sus clientas, se acuesta con una prostituta, pero cuando llega a su casa pone su censor de moralidad al máximo, golpeando y castigando a cualquiera que cometa el más mínimo acto de inmoralidad. A la que golpea con frecuencia es a Utopia, quien es una joven y atractiva adolescente (Interpretada por la hasta-este-día-atractiva Diana Bracho) culpable, según su padre, de llamarle la atención al morboso del notario. Las cosas se complican cuando los dos hermanos adolescentes comienzan a atraerse el uno al otro, no como pareja, sino por curiosidad sexual. De esta y de muchas otras cosas Gabriel culpa a su esposa, nunca asume la más mínima responsabilidad del hecho de que todo es consecuencia de tener a su familia en cautiverio.

Lo lamentable de este filme es que ya envejeció con el tiempo. En teoría la historia parece ser un drama poderoso e impactante, y no lo dudo que lo fue en su tiempo. Pero en el mayor de los casos, los frecuentes estallidos de Gabriel ante su familia son para reírse. Especialmente cada vez que les grita, "Los voy a matar!". Hay ocasiones en las que estos ataques surgen de la nada, y no en el sentido sorpresivo. Por ejemplo, un momento en el que papá les echa un ojo a sus hijos durante la madrugada para asegurarse que ciertamente estén acostados. Hace esto después de haber pasado un fuertísimo coraje con ellos. Les echa un ojo a las niñas. Luego a su hijo. Luego a su esposa, y al mirarla de la nada le grita "Tú tienes la culpa!". Esta escena, lamento decirlo, me hizo reír por un largo rato. Viendo como la gente en la sala se reía en vez de impactarse me vino a la mente una impura idea: Sería prudente un remake? No me refiero de la manera en como Gus Van Sant hizo "Psycho", sino de la manera en como los Cohen retomaron "True Grit". Solo es una idea.

El filme muestra detallamente la vida que llevan estos personajes, los sigue desde el amanecer hasta el anochecer, y es tanto el detalle que vemos claramente cómo es que sus vidas se alteran después de que estos cambios que suceden. Algo que Ripstein logra es definir lo malévolo que es este personaje a través de lo sobre disciplinario, prejuicioso,y demente que realmente es. ¿Por qué es así de posesivo el papá? Sabemos el pretexto de sus actos, pero no la motivación. Es tan extremista que no se cómo su esposa lo aguantó tanto tiempo, es sorprendente como no se había suicidado antes. Si con verlo en pantalla por 110 minutos ya lo quería agarrar a golpes, no quiero ni imaginarme como fuera por tantos años. Por cierto, llega un punto casi al final en el que Gabriel golpea a su hijo y este le responde igualmente con una bofetada. Ver esa escena fue como ver por primera vez cuando los pasajeros se rebelan ante los terroristas en "United 93": Sabemos que las víctimas se pueden revelar, sabemos que pueden superar a los villanos, pero no lo hacen hasta al final cuando los villanos han abusado demasiado de ellos, y cuando lo hacen nosotros reaccionamos y nos emocionamos por ellos. Una historia de este tipo no podría tener un final feliz al menos que el papá agarrara la onda y aceptara que esa manera de vivir es inaceptable e inhumana, pero vemos que la maldad que lo domina es tan profunda en su ser que solo puede acabar de dos maneras, y ciertamente una de estas es la correcta.

1 comentarios:

Anónimo dijo...
4:50 a.m.

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