"Argo" es un
thriller político de la más alta calidad. El suspenso es genuino y surge por
los riesgos naturales que dicha posición impone y no debido a una manipulación
cinematográfica, aunque claro, a pesar de que el filme está basado en una
historia verídica es común que los guionistas se tomen libertades creativas
para causar un mayor impacto, pero libertad no es lo mismo que manipular. El
riesgo que corren los personajes es enorme y reaccionan de la misma manera que
nosotros lo hiciéramos en su posición. Este filme está basado en una crisis
mundial en la que más de cincuenta norteamericanos que trabajaban en la
embajada de Irán fueron tomados como rehenes en 1979. Seis de ellos escaparon y
se refugiaron en la casa del embajador de Canadá, pero no es mucho el tiempo
que pueden quedarse aquí ya que es cuestión de tiempo de que los Iraníes
descubren que les faltan seis rehenes. El riesgo que estos individuos corren al
haber huido es enorme. El riesgo que el embajador toma al darles asilo es
enorme. El riesgo que corriera el gobierno norteamericano en rescatarlos es
enorme. Y encima de todo, el tiempo se acaba.
El gobierno llama al
extractor llamado Tony Méndez (Ben Affleck), quien es especialista en este tipo
de situaciones, aunque admite que nunca ha lidiado con una tan complicada como
esta. Mientras discuten las distintas posibilidades para sacarlos se dan cuenta
que no tienen ninguna opción que no sea un caso suicida. Esa noche, mientras
mira una película de ciencia ficción en la tele, le viene una idea a la mente:
Hacerse pasar por un crew cinematográfico canadiense que están buscando
locaciones en Irán para un filme hollywoodense de ciencia ficción. Pero dicha
propuesta no es sencilla ya que realmente tienen que crear y promocionar esta película
como si fuera de verdad. Aquí es donde entra el productor Lester Siegel (Alan
Arkin) y un maquillista llamado John Chambers (John Goodman), y ellos se
encargan de hacer todo como si fuera auténtico: Storyboards, casting, rueda de
prensa, oficinas, etc. Todo esto se lleva a cabo durante la primera mitad del
filme, y se maneja de una manera cómica generalmente por parte de Siegel,
quien ha estado tanto tiempo en el negocio que parece nunca exaltarse a la hora
de producir este proyecto falso, el cual, por cierto, tiene como nombre
"Argo". Sin embargo, entre todas las risas siempre tenemos presentes
a los rehenes y a los refugiados. Los primeros son torturados mental y
psicológicamente mientras que los otros están perdiendo la cordura por estar
encerrados en esa casa por más de dos meses sin poder salir. Tan delicado es
todo esto que es muy probable que los iraníes reaccionen violentamente ante
estos seis después de encontrarlos, que ni se diga con el embajador canadiense,
quien al hacer esto está poniendo en riesgo también el estatus diplomático de
su país. La segunda mitad es cuando el filme ya deja de ser chistoso y Méndez
viaja a Irán a ejecutar la misión, y desde el momento que aterriza es obvio el
peligro en el que está.
Méndez les da un
entrenamiento intensivo a los seis refugiados sobre el cine, quienes pretenden
ser, y cuáles son sus supuestas funciones. "No sé nada de cine" grita
uno de ellos, y es precisamente eso lo que pone todo más en peligro ya que
mucho depende de que mantengan su postura firme de la misma manera que Frank
Abignale de "Catch me if you can" la mantuvo a la hora de interpretar
a un piloto, doctor y abogado. Pero la diferencia aquí es que sus vidas corren
peligro con el más mínimo descuido. Recientemente me he quejado de películas de
terror que quieren asustar dándonos sangre, monstros y gore sin darnos nada de
anticipación y suspenso. El mismo error se puede cometer en thrillers como este
al querer acelerar a las escenas de acción, o en este caso, las escenas de
suspenso y tensión sin crear nada de anticipación y sin que los personajes
demuestren nada de inseguridad y temor ante las consecuencias que la misión
puede traer, pero todos los personajes del filme son humanos, incluso por el supervisor Jack O' Donell, interpretado por el invaluable Bryan Cranston de "Breaking Bad". Todos saben lo que están a punto de hacer y que esta por
pasar si algo sale mal. La tensión que todo esto crea es universal, y nosotros
que vivimos aquí en la frontera nos es fácil entender la tensión que surge a la
hora de llegar con el oficial de migración. El mismo miedo sentí yo seis años
atrás con "Babel" de Alejandro González Iñarritu cuando Gael García
Bernal y Adriana Barraza cruzan la línea fronteriza en la madrugada con dos
niños americanos que no debieron haberlos cruzado para México en primer lugar.
En ese filme Iñarritu nos muestra detalle tras detalle, paso por paso, minuto
por minuto, y la tensión surge en la espera e incertidumbre de dichas
situaciones. La misma situación surge en "Argo" a la hora de salir
del país, Affleck (Quien también dirige el filme) lo maneja de la misma forma
observativa y detallada, y es una de las experiencias más tensas que me ha
tocado ver en el cine en mucho tiempo.
Por supuesto, es
inevitable que un grupo de estadounidenses son víctimas de alguna crisis
política surga esta actitud en la que muchos se quejan de que este país sea la
víctima. Esto es algo que no se debe hacer con ningún país, "La película
no te cuenta toda la historia", me dijeron por facebook. Por supuesto que
no nos cuenta toda la historia política tras este suceso por que no es de eso
de lo que trata, sino de algo tan específico e intolerable que es el caso de
los rehenes secuestrados. Ningún país tiene derecho de tomar posesión de la
vida de nadie y jugar con su sobrevivencia. Estados Unidos tiene el derecho de
contar la historia de estas personas inocentes y como el país actuó al
respecto. Si alguien de otro país quiere mostrar a E.U. como los villanos del
filme créanme que nadie se estuviera quejando.
1 comentarios:
Entretenida, con ritmo, a la vieja usanza, también previsible y superficial, 'Argo' sin embargo es una prueba más del talento narrativo de Affleck. Un buen rato de cine, que es mucho, pero tampoco nada más. Saludos!!!!
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